CÓMO ESCOGER ALMOHADA


 El mundo de las almohadas es un punto y aparte dentro de los artículos de descanso, y es conveniente detenerse a valorar las opciones y necesidades de cada persona a la hora de escoger una. A continuación explicaremos los diferentes tipos de almohada según los materiales de su composición.




  Almohadas de relleno de fibra.
Se trata de la almohada más clásica. Proporcionan buena transpiración y un tacto generalmente suave, aunque ésto va a depender mucho del tipo de fibra y de la carga de la misma que lleve en su interior. Existen fibras de diferentes composiciones y calidades, pero generalmente se trata de las almohadas más económicas, si bien su durabilidad suele ser la más baja. Aspectos a tener en cuenta son su tratamiento anti-ácaros o que disponga o no de una funda exterior con cremallera a mayores de la que contiene la fibra.

  Almohadas de relleno de pluma o plumón.
Son junto a las almohadas de fibra las más populares históricamente. Los rellenos de pluma presentan firmezas muy diferentes, si bien se trata generalmente de almohadas de tacto suave o blando. La calidad de la pluma interior se diferencia principalmente por ser de pluma o plumón, siendo el plumón de mayor calidad dada su capacidad de recuperación y la ausencia del caño duro de la pluma. Se recomienda especialmente consultar la certificación de su procedencia, en lo referente a salubridad y depuración de la pluma y de la forma de extracción de la misma.

  Almohadas de viscoelástica.
Los bloques viscoelásticos están fabricados a partir de una espumación de poliuretano de alta densidad, y poseen una adaptabilidad muy característica con efecto ''memoria''. Existen múltiples fórmulas de composición que se diferencian sobre todo por su porosidad. Las viscoelásticas de molde suelen tener una porosidad menor y su transpiración es baja, siendo poco recomendables para personas con tendencia a sudoración o con problemas de calor. Las viscoelásticas de corte son superiores en traspirabilidad y salvan mejor esas circunstancias. En ocasiones el núcleo de estas almohadas está perforado para facilitar su transpiración vertical, pero no es estrictamente necesario si dicho núcleo tiene la porosidad suficiente.



  Almohadas de látex.
Se trata de almohadas fabricadas con un núcleo sólido de látex elaborado en moldes. En líneas generales, la calidad del látex se define por la cantidad de látex natural utilizado en su fabricación, siendo siempre necesario un cierto porcentaje de látex sintético para solidificar el bloque. Generalmente es el tipo de almohadas más caro, pero ofrece una durabilidad y una transpirabilidad superior a las viscoelásticas.

  Además del material hemos de tener en cuenta que la firmeza y la altura de nuestra almohada sea la correcta. La forma más genérica de hacer esta valoración es según la posición en la cual dormimos.
Si dormimos boca arriba una almohada de altura media será suficiente para elevar nuestra cabeza y alinear correctamente la columna. Si dormimos de lado debemos de salvar la distancia de nuestro hombro hasta el cuello, y para ello necesitaremos una almohada más bien alta y/o firme. Y si dormimos boca abajo debemos utilizar una almohada baja y blanda para evitar la torsión del cuello.
 

  Como conclusión es importante decir que, a pesar de toda la información que podemos obtener leyendo en internet, lo mejor es siempre probarlas en una tienda antes de decidirnos por una u otra.

 Feliz descanso 

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